Esta tarde
mi amigo Pablo me ha invitado a ir a jugar a su casa. Pablo es un chico que
tiene un montón de juguetes, le encantan, sobre todo los muñecos de acción. Action Man, G.I.Joes, Tortugas ninja, Motoratones, X-Men,
street sharks, star wars… ¡De todo! A mí me gusta mucho ir a su casa porque
siempre lo pasamos de fábula.
La primera
tarea cuando llegué fue elegir a que íbamos a jugar. Pablo prefería los Acation
Man, pero yo en cambio tenía más ganas de jugar a star wars. A mi es que me
encantan las películas de la guerra de las galaxias ¡son fantásticas! Las vi
hace un tiempo, por casualidad. Alvaro, un amigo de mi madre las trajo un día a
casa para que las viéramos y desde
entonces soy un forofo total. Pero la verdad es que Pablo ya estaba un poco arto
de jugar siempre a lo mismo, porque cuando iba a su casa era raro el día que no
quería jugar con los muñecos de star wars ¡pero es que los tiene todos! Han
Solo, Bobba Fett, Darth Vader, Chewaka, Tiene incluso naves ¡Tiene el Alcón
milenario! Me costó mucho dejarlo pasar, pero por esta vez cedí y jugamos a
otra cosa, aunque no me apetecían nada los Action Man, así que recurrimos a un
mezcladillo que no encanta. Cada uno se elige a su muñeco protagonista, al que
va a llevar durante todo el juego, y esos serían los buenos. Luego a esos dos
protas les añadimos unos compañeros y todos juntos forman un bando. Los
compañeros no son tan importantes, así que pueden morir y esas cosas. Los
protagonistas en cambio nunca mueren. Luego viene el turno de los malos. Como
somos dos también elegimos a dos muñecos para que sean los súper-jefes
villanos, así mi muñeco, al final luchará contra uno y el de Pablo contra el
otro. Y luego está todo el conjunto de malos. Siempre hay más malos que buenos,
porque los buenos, como todo el mundo sabe, son más fuertes y pueden luchar a
la vez con varios malos.
-¡Me pido a
Lobezno! –Dijo Pablo. Él siempre se lo pide, y no me extraña porque es un
muñeco súper chulo.
-Vale, pues
yo me pido a Cíclope, así llevamos un X-Men cada uno. Cíclope es una maravilla,
fuerte, con rayos desintegradores en los ojos… y además lleva una cazadora de
cuero que se le puede poner y quitar.
En medio de
todo apareció en el cuarto de Pablo su abuela, preguntándonos si queríamos
merendar, que en realidad no era una pregunta. Si la abuela de Pablo te
preguntaba si quieres merendar, es que vas a merendar sí o sí. Fuimos a la
cocina y la señora Pilar nos sacó todo el arsenal, pan, paté, queso, toda clase
de fiambres… Yo siempre elijo lo mismo, jamón serrano con aceite y sal, ¡no hay
bocata mejor que ese!
-¿Cuánto
pan quieres? –Me preguntó, y cuando se lo señalé en la barra vi como ella no
quedaba muy convencida -¿solo eso?, es muy poco.
-Es que no
tengo mucha hambre –le dije. La señora Pilar hizo una marca en el pan, pero yo
sabía que luego no la respetaría y el bocadillo sería tres veces más grande. Aunque
le hubiera dicho que quería una barra de pan entera hubiera pensado que era
poco, ella siempre añade un trozo más de pan a lo que tú elijes.
Era el
momento de elegir a los malos. Fue una decisión difícil pero al final escogimos
a Bison, el malo del Street fighter y a Robocop. Bison es súper fuerte, puede tirar
rayos eléctricos y además se lanza volando como si fuera una flecha. Robocop
lleva su pistola incorporada y además tiene una armadura intercambiable, una
que está totalmente nueva y otra que perece que esté rota y estropeada, como si
le hubieran disparado, para cuando ya ha peleado. Son unos muñecos fabulosos.
Este Pablo tiene lo mejor de lo mejor. El siguiente paso eran el resto de
malos, que siempre son los muñecos más monstruosos y feos, vamos los que tienen
pinta de malos.
-Chicos, ya
está la merienda -interrumpió la señora pilar abriendo la puerta de repente.
Pablo y yo
fuimos a la cocina a comernos el bocata, que por supuesto era mucho más grande
de lo que yo le había pedido, la verdad es que no sé por qué nos pregunta si
luego siempre nos pone lo que ella quiere, aunque esta vez me vino bien porque
elegir a los malos me había dado un hambre terrible. Mientras, veíamos la tele.
Estaban poniendo Dragon Ball, Jo, que serie tan fantástica, Goku es cada vez
más y más poderoso. Era la parte de Buu y Goku se había transformado en nivel
tres, el que tiene el pelo largo pero no tiene cejas. Es un poco raro que le
crezca el pelo pero que en cambio le desaparezcan las cejas. Estuvimos ahí hasta el final del capítulo y
luego volvimos a la habitación de Pablo.
Era momento
de hacer las bases y crear la historia. La base de los buenos era la cama,
estaban todos en círculo, como en una mesa redonda, haciendo una reunión sobre
lo que estaba pasando con los malos. Robocop y Bison estaban creando una nueva
arma para apoderarse del mundo. La tenían escondida en su base, que era el
escritorio y una de las estanterías. Un misil súper fuerte que si explotaba destruiría
un país entero. Yo prefería que fuera todo el mundo pero Pablo decía que eso
era imposible
-Ningún
misil es tan fuerte como para destruir el mundo entero –me decía.
-¿por qué
no? –Le respondí –¿y si han juntado todos los misiles que existen en uno solo?
-Eso no
puede ser, tendría que ser un misil gigantesco.
-¿Y cuál es
el problema?
-Además, no
pueden destruir todo el mundo, si no, ¿dónde vivirían ellos?
He de
reconocer que ese último argumento me dejó fuera de juego y tuve que aceptar lo
un solo país.
Por fin
estaba todo preparado, malos y buenos en su sitio, lo que no es nada fácil, hay
muñecos que para mantenerlos de pie te las ves canutas, hay que hacer autenticas
virguerías, levantarles un brazo para hacer equilibrio, apoyarlos en una pared…
Estábamos a
punto de empezar cuando escuchamos el timbre y una voz muy familiar. ¡Era mi
madre, había venido a recogerme! Entre tanto decidir y montar se había hecho tardísimo.
Siempre nos pasa lo mismo, gastamos toda la tarde en preparar los muñecos y
luego nunca nos da tiempo a jugar. En fin, a ver si a la próxima lo
conseguimos.
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